Los pastores fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores. Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón.
Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido. Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Angel antes de su concepción.
Lc 2, 16-21

Estimado Padre Jorge Oesterheld,
Me ha gustado mucho no solo ese pasaje del evangelio, sino también su comentario.
Me gustaría agregar a lo dicho que también para mi es muy importante el acto de fé de los pastores, porque en medio de la noche, que álguíen a quien nunca vieron, un Angel del Señor, se les aparezca y les diga vayan a Belén que os nacido un salvador, ID Y ADORADLO, es un gran acto de fé . Atentamente
Jacinto Kerlakian